Como queriendo dar la razón a los agoreros del libro, leíamos el viernes sobre la posible desaparición (y van...) de la emblematica librería Fuentetaja en San Bernardo 35. Ni es la primera ni será la última pero le tenemos especial aprecio a su hermana pequeña dedicada al libro de lance; siempre a media luz, con sus estanterías de diseño y su pretendido aire new bohemian.
Mientras las librerías buscan la fórmula de la permanencia, las editoriales hacen lo propio y ya nos sorprendió hace unos meses la nueva colección de bolsillo de Alianza Editorial, que supone un aggiornamiento de la mítica colección en la que la impronta del gran Daniel Gil pesa demasiado. Los de ahora son más flexibles, pesan la mitad y no parecen desguazarse a la primera de cambio, pero por contra, las portadas no tienen la fuerza de aquellas que recordamos de hace por lo menos 30 años y de las que hay ejemplares que no se nos despintan de la memoria. Tardaríamos en saber que eso que hacía Daniel Gil es lo que ahora llaman "poesía visual" y aquí van tres ejemplos, alguno de lectura obligatoria en el colegio.
Para el que le parezca poco, puede consultar aquí la colección casi completa y jugar a ver cuantas recuerda de su infancia y primera juventud. Un dia llegará en que desaparezcan casi todos los ejemplares de la colección en papel, y todavía podremos consultar por aquí la versión digital. Es lo que tienen los kilobytes.