“... Ella se envolvía en uno de esos larguísimos echarpes de gasa oriental que el tintorero alquimista Mariano Fortuny sumerge en las drogas misteriosas de sus cubas... y que saca tintados de extraños sueños para luego estampar con... nuevas generaciones de astros, de planta, de animales...”.
Gabriele D’Annunzio. FORSE CHE SI FORSE CHE NO.(1910)
Nos dice María del Mar Nicolás que aunque nacido en Granada, el vivir casi toda su vida en Venecia hizo que algunos lo consideraran artista veneciano, cuando él siempre se sintió pintor español, como orgullosamente se proclama en el título de unas notas autobiográficas nunca publicadas.
Ahora hemos descubierto que Mariano Fortuny Madrazo tiene más de visionario e inventor que de pintor y alquimista como lo llama D’Annunzio cuando lo hace personaje de su novela. Aunque lo que en justicia podría, es hacer suya esa frase que ahora utiliza la cremonense Marilena Ferrari en su aventura filantrópica "Quien salva la belleza salva el mundo".
En la exposición de la planta baja del Museo del Traje de Madrid han intentado recrear los salones del veneciano Palazzo Fortuny (antes Degli Orfei). Al comisario le valoramos su buena intención.