martes, 12 de agosto de 2008

Novela del corazón de Europa


Aunque esta novela no se publicó hasta 1984 (casi 50 años después de escrita), curiosamente ya desde antes se consideraba como la obra maestra de Rafael Sánchez Mazas. Y yo creo que con razón.

Una novela de amor, un viaje personal al fin y al cabo, en el que podríamos decir que el Pedrito de Andía del verano pasado se nos hace europeo. También como el año pasado se plantea la historia de amor como un camino espiritual y todo ello con una prosa sencilla en la que no hay puntada sin hilo; cualquier frase, por irrelevante que parezca, demostrará más tarde su sentido. Por otra parte, contrasta mucho con este lírico romanticismo la realidad en que fue escrita Rosa Krüger: con el autor refugiado en la embajada Chilena en Madrid durante la guerra civil. Supondremos que se trató de una terapia frente al ambiente embrutecido que genera la contienda. Y frente a la reclusión estrecha del refugio, los viajes continentales de Teodoro.

A pesar de que leo que esta novela no se plantean referencias tan claramente autobiográficas, me ha parecido ver un retrato de Sánchez Mazas no en el protagonista Teodoro, sino en su cuñado don Rodrigo. Es más, ese Castroviejo me parece un trasunto de Coria y aún estoy por comprobar si la minuciosa descripción de la casa de don Rodrigo se corresponde con la casona de Mazas en el pueblo cacereño.
¿Hay que buscar algún defecto? Creo que también en este caso, el prólogo de Mónica Carbajosa debió haber sido un epílogo. Claro que un servidor, modestamente curado en lecturas, ya tiene como norma leer los prólogos al final.

2 comentarios:

enrique dijo...

otro de los intelectuales falangistas; con el carnet nº 5 creo recordar.
Está bastante olvidado, salvo Javier Cercas y su "Soldados de Salamina". Magnífica novela con una pésima portada; trata de un falangista y la foto es de un brigadista internacional saludando con el puño.
¿Cabe mayor estupidez? Si no tienen cojones de poner un brazo en alto, que dejen la portada sin foto...

Alfaraz dijo...

Pues sí Enrique; el que diseñó la portada supongo que estará en libertad provisional, como mínimo.
Yo pensé que era un cuadro de Renoir o así.

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