domingo, 4 de mayo de 2008

A María Hardouin di Gallese, muerta




Señorita romana que en desvaído
retrato sepia posas enamorada
tu imagen no es de diosa, es de hada.
Recibes a las tropas que han venido.

Soledad absoluta aquel estío
que entre ramas de mirto mira al Garda
recamada en granito das la espalda
al Arditi que aún lanza desafíos.

Del ayer la semilla consecuente
de unidad que plantaste por Italia
y regaste; el Tiber fue la fuente.

Hoy, olvido en aquel espacio inerte
del Giardini Privati, tras la valla,
metáfora de amor para el presente.




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